martes, 21 de diciembre de 2010

Cena y despedida

Ya todos resonábamos en la misma frecuencia. Ya sólo había relajación, calor, emoción. Cogimos los coches. Ya era de noche.

Pusimos música y disfrutamos de la compañía de Bonnie Prince Billy, de Cracker, de Lucinda Williams ... mientras nos dirigíamos al lugar elegido para la cena. Un caserío en medio de la pura naturaleza. Nos costó llegar hasta allí. Alguno de los coches no podía con la empinada cuesta. Empinada por lo inclinada, pero también por las hojas de pino que la cubrían haciendo de ella una pista de patinaje.

La cena, un buen colofón en forma de deliciosa comida, peligrosamente apetecible Txakoli y, sobre todo interesante, humana, divertida, tierna, pícara ... conversación. Nos alargamos queriendo huir de la despedida. Pero sabíamos que no habría tal despedida sino tan solo "hastaluegos" en forma de abrazos acompañados de "nos mantenemos en contacto", de "- gracias. - No, gracias a ti. - No, insisto..." en medio de una noche de mentira con la niebla por debajo nuestro iluminada por la afilada luna menguante. Empalagoso? NO: Mayúsculamente humano. Jontxu presente en cada palabra, en cada reflexión....en cada sonrisa. 

 GRACIAS A LA VIDA, A ESTA EXTRAÑA VIDA, POR DARNOS A TODOS ESTA CARICIA.


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